lunes, 1 de enero de 2024

El recuento del año pasado

Me puse a pensar en el recuento del año pasado y entendí por qué es importante mantener las tradiciones y celebraciones, los días festivos y los asuetos, pues esos días que marcamos en el calendario nos sirven como ruta y bitácora.

Comencé enero preocupado por la economía familiar, como la mayoría de nosotros supongo y eso me impulsó a iniciar un nuevo emprendimiento en el que afortunadamente tuve buenos resultados.
También tocó niño en la rosca y regalitos de los reyes magos. 

En febrero no faltaron los tamales y el atole y celebramos a mis dos pequeños que cumplen años ese mes con diferencia de sólo 3 días. 

En marzo es el cumpleaños de mi amada esposa Daniela que llega al igual que ella, como la primavera y las flores de jacaranda. 

En abril los niños reinaron en casa por la semana santa y el día del niño; en mayo por supuesto festejamos a las mamás de nuestra familia y en junio hicimos una rica carnita asada para los papás. 

La segunda mitad del año vino con otras celebraciones, en julio la primera comunión de mi hijo menor que reunió a toda nuestra familia y a los amigos más cercanos; en agosto fue mi cumpleaños número cincuenta, se dice fácil pero te hace darte cuenta de que la vida se pasa en un momento. 

Septiembre fue muy difícil pues mi mamá se puso grave justo en la noche del 15 de septiembre y se despidió de nosotros el 19, ese fue nuestro terremoto en el corazón pues ya no pudimos festejar su cumpleaños 84 que hubiera sido justo un mes después el 19 de octubre. Halloween llegó con monstruillos, máscaras con luces led y muchos dulces, también una reunión con amigos de redes sociales, fue muy agradable ver en persona a varios que nos leemos en plataformas digitales casi todos los días.

Llegó noviembre y el día de muertos que fue especialmente sentido cuando pusimos el altar familiar en la casa de mis papás pues se sintió muy vacía.

Y por fin llegó diciembre que trajo muchos regalos, los mejores fueron nuevos y apreciados amigos y una casa nueva con muchas ilusiones y un ánimo renovado.

En 2023 subimos, bajamos, acertamos y nos equivocamos, reímos, lloramos, cantamos y gritamos, corrimos, dimos vueltas, perdimos y encontramos, tuvimos miedo y nos calmamos, nos enfermamos y nos recuperamos, a veces nos caímos pero siempre nos levantamos.

Ayer en el brindis de fin de año les compartí lo mismo que me gustaría compartir contigo que estás leyendo estás líneas ahora.

La felicidad no es algo que llegue cuando suceda algo o se consiga al tener o lograr algo. La felicidad es una decisión y un compromiso que debemos hacer cada día. Al pasado no se puede regresar ni se puede cambiar y el futuro es tan solo un deseo y una expectativa. 

Si el día de hoy tienes aire en los pulmones y respiras es suficiente motivo para ser feliz y estar agradecido, porque tienes un día nuevo para vivir y para recibir todo lo que te regala la vida, algunos regalos son ligeros y suaves como caricia y otros son ásperos y pesados y lastiman, pero casi siempre son necesarios para que puedas completar tu propósito en esta maravillosa colección de momentos a la que llamamos vida. 


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